Escultor hiperrealista Australiano.
Su carrera temprana comenzó como maquetista y titiritero para programas de televisión
infantiles y películas, para después dar un paso hacia el mundo del arte realizando creaciones plásticas con un
realismo sorprendente.
Sus trabajos eran altamente detallados, pero estaban
diseñados para ser fotografiados desde un único punto de vista con un ángulo
muy específico, ocultando el desorden de la obra desde otro punto de vista
diferente. Este, deseaba cada vez más producir esculturas que se viesen
perfectas desde cualquier ángulo.En
1996, dio un cambio hacia EL ARTE
REFINADO.
La
creación que le dio nombre a Muek con su obra “Dead Dad”, una escultura
hiperrealista de silicona y otros materiales, del cuerpo muerto de su padre,
reproducido a dos tercios de la escala natural. Para esta obra el autor utilizo
su mismo pelo para el trabajo final, (con esta obra formo parte de la
exposición Sensations que causo
polémica y otras reacciones entre los críticos y el público.
En
sus esculturas, reproduce fielmente los detalles del cuerpo humano, pero juega
con la escala para crear imágenes que nos impacten. Llega a tal extremo de
poner en sus figuras poros, lunares, puntos negros, vellos en los brazos y
piernas, cabello, uñas, piel y todo lo que el cuerpo pueda tener. Los detalles
son tan reales, que si la escultura tuviese la estatura de una persona y no
fuese modificada, cualquiera podría equivocarse. Además el realizar figuras a
tamaño natural, no le resulta interesante, a diario vemos gente de tamaño
natural.
Utiliza
fotografías o referencias de libros, nunca trabaja con modelos vivos. Comienza trabajando con un pequeño
modelo en arcilla antes de dar el salto al gran formato. Modela sus esculturas
en arcilla, haciendo pequeñas maquetas para establecer la pose y la configuración y, una vez satisfecho con el
resultado, procede a hacer un modelo detallado del mismo material. Luego se vacía en un molde, y
se fabrica un enorme armazón. El molde se recubre con una capa de yeso y
alambre.
Dada
la forma, toca reproducir la piel en sus mínimos detalles, trabaja con resina de poliester y otros materiales
sintéticos que luego va uniendo, y a los que les da el tinte que desea según la coloración de la carne. El
hecho de que el color de la piel no este pintado en la superficie de la
escultura, sino incrustado en el propio material, confiere a la carne un
aspecto ligeramente translúcido. Una capa de
barniz, puede hacer que la carne sea más mate o, brillante y húmeda.
Posteriormente, añade cuidadosamente el pelo, que puede ser
humano, de caballo o de fibra acrílica. Los cabellos, se insertan
minuciosamente, de uno en uno, hay que perforar un diminuto agujero para cada
uno de ellos.
Muek, cree que
el toque definitivo, son los ojos, que así la criatura cobra vida. En la mayoría de esas esculturas es
la mirada lo primero que llama nuestra atención: muchos de los personajes, con
frecuencia desnudos, parecen sentir una profunda angustia existencial una
extrañeza ante el misterio de la vida. Coloca una lente transparente sobre un iris de color y pupila negra y
profunda.
Ron Muek, “Mother and Child”, 2001
Muek, ha acudido a libros médicos y fotografía de parto, con el fin de
dar la humanidad necesaria del
nacimiento de todo niño.
Esta escultura
muestra el momento justo en que ha terminado el parto. La madre apenas ha
tenido tiempo de tomarse un respiro después de su labor, y el niño, todavía con
el cordón umbilical a cuestas, despierta al mundo.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada