Artista gráfico japonés que procede del mundo del diseño y de la moda. Tras desarrollar su carrera profesional durante varios años en la Nippon Design Center, se trasladó a Estados Unidos donde realizó trabajos en Los Ángeles y Nueva York y fue galardonado en 1981 con la medalla de plata del Art Director’s Clubof New York. Posteriormente, regresó a Tokio para crear su propia agencia “One Stroke”, en el año 1986.
Durante el periodo vivido en los Estados Unidos Komagata tuvo contacto con el trabajo de Bruno Munari y se interesó por su obra más relacionada con el ámbito infantil. El universo de Munari le hizo descubrir el mundo de la literatura infantil y juvenil creando así un perfil en komagata que evolucionará desde la visión del diseño tal y como lo concebía Munari. No llega a conocer personalmente a este artista pero se ve impregnado por su metodología y su forma de ver el mundo.


Tratando ya más el tema del movimiento crea una serie de libros que se basan en el descubrimiento a través del desplazamiento. Estos libros actúan según su posición. Dependiendo del ángulo de visión el niño contemplará una imagen u otra. Un ejemplo de ello es el libro “walk & look”. Busca su base en los juegos simples de esconderse detrás de las manos para luego reaparecer en un segundo, ya que es una manera muy llamativa de captar la atención del niño. Esta técnica funciona muy bien a la hora de explicar el concepto del todo y la nada, los contrastes.

La continua investigación le lleva a la creación de libros táctiles para invidentes, realizados en colaboración con Les Trois Ourses, y el Centro Pompidou. De estas experiencias surge la obra que he escogido, el libro “Plis et Plans”. De una manera muy sencilla, Komagata a través de pliegues perforaciones y formas geométricas, hace libros que pueden ser leídos por personas invidentes, quienes tienen muy desarrollado el sentido del tacto. Con pequeños dobleces logra desplegar figuras y sensaciones como, por ejemplo, los latidos del corazón. Doblar y desdoblar son el equivalente de la sístole y la diástole.
Este libro, independientemente de ir destinado a niños con discapacitados visuales, está resuelto de tal manera que con elementos muy simples genera volúmenes y movimientos muy llamativos. En el momento que una persona interactúa con este libro establece una percepción muy abierta y una interpretación de él, particular a cada individuo. Sus formas sencillas que no remiten a ningún objeto que sea reconocible en la realidad, facilita que nuestra imaginación tenga vía libre para la interpretación personal.
Uno de los aspectos más llamativos en el desarrollo de estas piezas es que el destinatario no ha de ser forzosamente un niño. Al tener una estética muy cuidada y una delicadeza a la hora de escoger los materiales, realmente se pueden considerar a estas piezas “pequeñas obras de arte” para el disfrute del público de todas las edades.
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